
El porno que me excita es cutre y casero,
mejor la Maritirnes que la Afrodita,
jartito de subir la cuesta de enero
y que me diga nasti la Margarita.
Yo butanero, usted amita de casa,
hablo el siglo veinte,
cuando era un pibe,
un polvo en la cocina
y si no ¿qué pasa?
Lo imaginan laspajas
del que suscribe.
Pongamos un enfermo por bulerías
y una dulce enfermera de azul y cofia
y una puta en la cárcel de Yeserías
soplando velitas de la bazofia.
Si te invitan a un porro y una papela
puedes decir que sí,
que no, que depende,
en Europa también hay favelas
y coños que se compran y que se venden.
Benditas las braguitas que se dejaban
ondear a media asta en un descampado
y en la misa de doce se confesaban
de dos mentirijillas y tres pecados.
Las tontas de las clase, las más horteras
doctas de un evangelio
que no está escrito,
las hijas naturales, las peluqueras
que bailan con cualquiera el vals
de San Vito.
Las madres de Lolita, las cuarentonas,
con faldita escocesa de colegiala,
las primas inter pares, las calentonas,
las viuitas alegres, las chicas malas.
Joaquín Sabina.
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