viernes, 15 de octubre de 2010

XII.X.MMX







NDJAMÉNA.



Esta puta ciudad
No sabe callar los retozos de los que follan
Esta ciudad de leprosos de dedos entumecidos
Esta ciudad de mentiras donde se matan a los conejos
Que atraviesan por el río un paquete de azúcar
Ciudad horno para cocer el cuero de hipopótamo
Cuando soplan los alisios del árido desierto


Marzo abril mayo junio


Se engancha por completo al ojo, a la jeta, a la nariz
Ciudad polvo
Calles tablero,
adoquinadas de bolsas plásticas negras
Aquí delante del hotel de la ciudad
En las inmensas pilas de detritos de botes de basura


Se intercambian anillos de compromiso
Ciudad cenagal de temporada de lluvias,
Ciudad lacustre
Inundada con la mínima gota de lluvia


No se tiene pie más que en el agua
Casas de adobe y ocupantes
Y de llevar sobre el cráneo sus mocasines
Para la travesía de las calles-riachuelo
Y de afianzar su pantalón sobre los montículos
Antes de volverse a sumergir en el tumulto de Beguinage

Moscas verdes gordas, arácnidos
Coca-rahuachas tristes,
en desorden
Preservación fauna; Naturaleza; Ecosistema

Bella reserva para rematar en la UNESCO
A manera de patrimonio de la humanidad
Aquí se sabe conservar la herencia neolítica
Toumai es muy nuestro
Siento los escarabajos peloteros harto alegres
En la fiesta nupcial en el hipódromo
Que regresan a su hoyo a horcajadas
Llevando, rodando vituallas en bolas redondas
Comida de anos defecando
Una gran algalia pesada negra
Enrollando en su viscosidad
La enorme pasta de mijo rojo
Aquí los jardines son escusados

Ciudad carnívora y sanguijuela
La adolescencia viaja hacia la disolución
Ratero, mejilla cuchillada
Se corta los nervios, la carne
Para hacer bandidos

Y los coyotes ingenuos sobre los botes de basura
Escarban pedazos de carne rebelde
Asida al hueso de pollo masticado
Los perros tienen tan débil el hocico
La más mínima tibia es tan pesada de llevar

Mientras se ahogan los hombres-mosca
Entre los vapores del alambique
La conciencia en la pasta de yuca
Alimenta con cianuro inyectado intravenoso
Que me digan que aquí se descansa
Y no puedo creer que en un destino suicida
¿De qué se descansa en tal desolación?
¿No podíamos continuar caminando?
Mejor algunos pasitos de más
Que haber nacido cansado, agotado y ajetreado
Para decir que aquí ¡Es Njaména! ¡La fatal última parada!



Recital de Poesía Africana, 12.10.2010, Palma

No hay comentarios:

Publicar un comentario